Inicio Noticias de la Iglesia Espiritualidad Liturgia Biblia Conoce y defiende tu fe
Historia de la Iglesia Las Vidas de los Santos Lecturas de la Santa Misa María Radio Catedral Libros

9 de junio de 2015


Lecturas y Evangelio del Día

MARTES DE LA SEMANA X DEL TIEMPO ORDINARIO
FERIA


PRIMERA LECTURA
Jesucristo no fue primero "sí" y luego "no". Todo en Él es un "sí".
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 1, 18-22

Hermanos: Dios es testigo de que la palabra que les dirigimos a ustedes no fue primero "sí" y luego "no". Cristo Jesús, el Hijo de Dios, a quien Silvano, Timoteo y yo les hemos anunciado, no fue primero "sí" y luego "no". Todo Él es un "sí". En Él, todas las promesas han pasado a ser realidad. Por Él podemos responder "Amén" a Dios, quien a todos nosotros nos ha dado fortaleza en Cristo y nos ha consagrado. Nos ha marcado con su sello y ha puesto el Espíritu Santo en nuestro corazón, como garantía de lo que vamos a recibir. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118, 129. 130. 131. 132. 133. 135
R/. Míranos, Señor, benignamente.

Tus preceptos, Señor, son admirables,
por eso yo los sigo.
La explicación de tu palabra da luz
y entendimiento a los humildes. R/.

Hondamente suspiro, Señor,
por guardar tus mandamientos.
Vuélvete a mí, Señor, y compadécete de mí,
como sueles hacer con tus amigos. R/.

Haz que sigan mis pasos tus caminos
y que no me domine la malicia.
Mira benignamente a tu siervo
y enséñame a cumplir tus mandamientos. R/.


EVANGELIO
Ustedes son la luz del mundo.
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos".
Palabra del Señor.



COMENTARIO

SERMÓN ATRIBUIDO A SAN MÁXIMO DE TURÍN (?-V. 420), OBISPO

VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA Y LA LUZ DEL MUNDO

El Señor dijo a sus apóstoles: "Vosotros sois la luz del mundo". ¡Qué justas son las comparaciones que el Señor emplea para describir a nuestros padres en la fe! Los llama "sal", a ellos que nos enseñan la sabiduría de Dios, y "luz", a ellos que liberan nuestros corazones de la ceguera y las tinieblas de nuestra incredulidad.

Con razón los apóstoles reciben el nombre de luz: anuncian en la oscuridad del mundo la claridad del cielo y el esplendor de la eternidad. ¿Acaso Pedro no se convirtió en luz para el mundo entero y para todos los fieles, cuando le dijo al Señor: " Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo "? (Mt 16,16) y ¿Qué mayor claridad habría podido recibir el género humano, que saber por Pedro, que el Hijo de Dios vivo era el creador de esta luz?

Y San Pablo no es una luz menor para que el mundo: mientras el mundo entero estaba cegado por las tinieblas del mal, ascendió al cielo (2 Corintios 12:2) y, a su regreso, reveló los misterios del esplendor eterno. Por eso no pudo ocultarse, la ciudad fundada sobre una montaña, ni se ocultarse debajo de la cama, porque Cristo, por la luz de su majestad, lo había encendido como una lámpara de elección, repleta del aceite del Espíritu Santo. Por lo tanto, amados míos, al renunciar a las ilusiones de este mundo, estamos comprometidos a buscar el sabor de la sabiduría de Dios, degustar la sal de los apóstoles.






COMENTARIO

SAN RAFAEL ARNAIZ BARÓN (1911-1938), MONJE TRAPENSE ESPAÑOL. ESCRITOS ESPIRITUALES, 12/04/1938

SER LUZ DEL MUNDO PORQUE HEMOS RECIBIDO LA LUZ DEL MUNDO (CF JN 8,12)

Busqué la «verdad» y no la hallé; busqué la caridad y sólo vi en los hombres algunas chispitas que no llenaron mi corazón sediento de ella; busqué la paz y vi que no hay paz en la tierra. Ya la ilusión pasó; pasó suavemente, sin darme cuenta ; el Señor que es quien me engañó para llevarme hacia sí, me abrió los ojos, ahora ¡qué feliz soy! “¿Qué buscas entre los hombres?, me dice. ¿Qué buscas en la tierra en la que eres peregrino? ¿Qué paz es la que deseas?” ¡Qué bueno es el Señor.,.; ahora ya veo claramente que en Dios está la verdadera paz; que en Jesús está la verdadera caridad; que Cristo es la única Verdad..

Ya que me has dado luz para ver y comprender, dame, Señor, un corazón muy grande, muy grande para amar a esos hombres que son hijos tuyos, hermanos míos, en los cuales mi enorme soberbia veía faltas, y en cambio no me veía a mí mismo. ¿Si al último de ellos le hubieras dado lo que a mi?. Mas Tú lo haces todo bien. Mi alma llora sus antiguas manías, sus antiguas costumbres; ya no busca la perfección en el hombre; ya no llora el no encontrar “donde descansar” ( Mt 8,20) . Ya lo tiene todo. Tú, mi Dios, eres el que llena mi alma; Tú mi alegría; Tú mi paz y mi sosiego. Tú, Señor, eres mi refugio, mi fortaleza, mi vida, mi luz, mi consuelo, mi única Verdad y mi único Amor. ¡Soy feliz, lo tengo todo!