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11 de septiembre de 2017


Lecturas de la Santa Misa

LUNES DE LA SEMANA XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
FERIA



PRIMERA LECTURA
Yo he llegado a ser ministro de la Iglesia, para anunciar el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 24-2, 3
Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.
Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria; ese mismo Cristo, que nosotros predicamos, cuando corregimos a los hombres y los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos. Por eso precisamente me empeño y lucho con la fuerza de Cristo, que actúa poderosamente en mí.
Quiero que sepan cuántos esfuerzos estoy haciendo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente. Se lo digo a ustedes para que todos se animen, y unidos íntimamente en el amor, puedan alcanzar en toda su riqueza el conocimiento pleno y perfecto del designio secreto de Dios, que es Cristo, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 61,6-7.9
R/. Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

Sólo Dios es mi esperanza,
mi confianza es el Señor:
es mi baluarte y firmeza,
es mi Dios y salvador. R/.

De Dios viene mi salvación y mi gloria;
Él es mi roca firme y mi refugio.
Confía siempre en Él, pueblo mío,
y desahoga tu corazón en su presencia,
porque sólo en Dios está nuestro refugio. R/.


EVANGELIO
Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado.
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 6-11

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: "Levántate y ponte ahí en medio". El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: "Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?". Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: "Extiende la mano". Él la extendió y quedó curado.
Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.
Palabra del Señor.



COMENTARIO

SAN AMBROSIO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA. COMENTARIO AL EVANGELIO DE LUCAS, V, 39.

«HABÍA ALLÍ UN HOMBRE QUE TENÍA PARÁLISIS EN EL BRAZO DERECHO» (LC 6,6).

La mano que Adán había alargado para coger el fruto del árbol prohibido, el Señor la impregnó de la savia saludable de las buenas obras, a fin de que, secada por la falta, fuera curada por las buenas obras. En esta ocasión Jesús acusa a sus adversarios que, con su falsas interpretaciones, violaban los preceptos de la Ley; ellos defendían que en día de sábado era preciso no hacer ni tan sólo buenas obras, siendo así que la Ley, que prefiguraba en el presente lo que debía ser en el futuro, dice, ciertamente, que es el mal el que no debe trabajar, pero no el bien…

Has oído las palabras del Señor: «Extiende el brazo». Este es el remedio para todos. Y tú que crees tener sana la mano, vigila la avaricia, vigila que el sacrilegio no la paralice. Extiéndela a menudo: extiéndela hacia el pobre que te suplica, extiéndela para ayudar al prójimo, para socorrer a la viuda, para arrancar de la injusticia al que ves sometido a una vejación inmerecida; extiéndela hacia Dios por tus pecados. Es de esta manera que se extiende la mano; es de esta manera que sana.






COMENTARIO

SAN ATANASIO, OBISPO DE ALEJANDRÍA, DOCTOR DE LA IGLESIA. CONTRA LOS PAGANOS : SC 18, 190.

«¿QUÉ ESTÁ PERMITIDO EN SÁBADO?, ¿HACER EL BIEN O EL MAL, SALVAR UNA VIDA O DESTRUIRLA?» (LC 6,9).

Este mundo es bueno, tal como está hecho y tal como le vemos, porque Dios lo quiere así. Nadie tiene duda de ello. Si la creación fuera desordenada, si el universo evolucionara por azar, uno podría poner en duda esta afirmación. Pero como el mundo ha sido hecho con sabiduría y ciencia, de manera razonable, ya que está ataviado de toda belleza, no puede ser otro el que lo preside y lo organizó que la Palabra de Dios, su Verbo…

Siendo la Palabra buena por ser de Dios bueno, esta Palabra ha dispuesto el orden de todas las cosas, ha reunido los contrarios con los contrarios para formar una única armonía. Es ella “poder de Dios y sabiduría de Dios” (cf 1Cor 1,24) que hace moverse el cielo y que suspende la tierra sin que repose en lugar alguno. (Hb 1,3) El sol ilumina la tierra por la luz que recibe de la Palabra y la luna recibe su medida de esa luz. Por ella, el agua queda suspendida en las nubes, las lluvias riegan la tierra, el mar guarda sus límites, la tierra se cubre de plantas de toda especie (cf Sal 103)…

La razón por la que esta Palabra de Dios ha venido hasta las criaturas es realmente admirable… La naturaleza de les seres creados es pasajera, débil, mortal. Pero como Dios, por naturaleza, es bueno y magnífico y ama a los hombres…, viendo, pues, que la creación, por ella misma, se disuelve y se escurre, para evitarlo y para que el universo no vuelva a la nada…, Dios no la abandona a las fluctuaciones de su naturaleza. En su bondad, por su Palabra, Dios gobierna y mantiene toda la creación… Por eso, no corre la suerte de la aniquilación que sería la suya si la Palabra no la guardara. “Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda criatura. En él fueron creadas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, las visibles y las invisibles: tronos, dominaciones, principados, potestades, todo lo ha creado Dios por él y para él…Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia.”






COMENTARIO

SAN CESÁREO DE ARLÉS, OBISPO. SERMÓN: CRISTO CURA LAS HERIDAS DEL PECADO. SERMONES AL PUEBLO, N° 57,4.

«LOS ESCRIBAS Y FARISEOS LE ESPIABAN…CON EL FIN DE ENCONTRAR UN MOTIVO PARA ACUSARLO» (LC 6,7).

El Señor dirá a los que han menospreciado su misericordia : «Hombre, soy yo quien con mis manos te he formado del barro, soy yo quien con mi aliento he puesto el espíritu en tu cuerpo de tierra, soy yo quien se ha dignado darte nuestra imagen y semejanza, soy yo quien te ha puesto en el centro de las delicias del Paraíso. Pero tú, menospreciando los mandamientos de vida, has preferido seguir al seductor antes que al Señor…

«Luego, cuando has sido expulsado del Paraíso y, por el pecado, retenido por las ataduras de la muerte, conmovido por la misericordia, para venir al mundo he entrado en un seno virginal, sin perjuicio de su virginidad . He sido recostado en un pesebre, envuelto en pañales; he soportado las dificultades de la infancia y los sufrimientos humanos, a través de los cuales me he hecho semejante a ti con la única finalidad de hacerte semejante a mí. He soportado las bofetadas y salivazos de los que se burlaban de mí, he bebido vinagre mezclado con hiel. Azotado con varas, coronado de espinas, clavado en la cruz, traspasado por la lanza, en medio de los tormentos he entregado mi alma para arrancarte a ti de la muerte. Puedes ver las señales de los clavos de los que he sido suspendido ; puedes ver mi costado traspasado lleno de heridas. He soportado los sufrimientos que eran para ti a fin de poder darte mi gloria; he sufrido tu muerte para que tú vivas por toda la eternidad. He descansado, encerrado en el sepulcro, para que tu puedas reinar en el cielo.

«¿Por qué has perdido lo que he sufrido por ti ? ¿Por qué has renunciado a las gracias de tu redención ?… Devuélveme tu vida, por la que he dado la mía ; devuélveme tu vida que, sin cesar, has destruido por las heridas de tus pecados.»