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7 de abril de 2016


Lecturas y Evangelio del Día

Memoria de San Juan Bautista de La Salle



ANTÍFONA DE ENTRADA     Cfr. Mt 5,19
El que cumpla mis mandamientos y enseñe a cumplirlos, será grande en el Reino de los cielos, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que elegiste a san Juan Bautista de la Salle para educar cristianamente a la juventud, suscita en tu Iglesia maestros que se consagren de todo corazón a la formación humana y cristiana de los jóvenes. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 27-33
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".

Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen". Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2.9. 17-18. 19-20
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas;
no cesará mi boca de alabarlo.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.

En contra del malvado está el Señor
para borrar de la tierra su recuerdo;
escucha, en cambio, al hombre justo
y lo libra de todas sus congojas. R/.

El Señor no está lejos de sus fieles
y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo,
pero de todas ellas Dios lo libra. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO     Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.

EVANGELIO
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.

El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él.
Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de tu pueblo santoe en la conmemoración de San Juan Bautista de la Salle, y concede que, por la participación en este sacramento, demos pruebas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN     Jn 8,12
El que me sigue no camina en la oscuridad, y tendrá la luz de la vida, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta santa comunión, Dios todopoderoso, nos fortalezca, para que, a ejemplo de San Juan Bautista de la Salle, podamos manifestar, tanto en nuestro corazón como con nuestras obras, el amor fraterno y el esplendor de la verdad, Por Jesucristo, nuestro Señor.



COMENTARIO

SAN AGUSTÍN (354-430), OBISPO DE HIPONA (ÁFRICA DEL NORTE) Y DOCTOR DE LA IGLESIA. CONFESIONES XI, 2.3

«EL QUE DIOS ENVIÓ HABLA LAS PALABRAS DE DIOS, PORQUE DA EL ESPÍRITU SIN MEDIDA»

Oh Señor, Dios mío, luz de los ciegos y fuerza de los débiles, pero al mismo tiempo luz de los videntes y fuerza de los fuertes, presta atención a mi alma, óyela gritar desde el fondo del abismo (Sl 129,1). Porque si tú no nos escuchas incluso en el abismo, ¿a dónde iremos? ¿A quién vamos a dirigir nuestro clamor?

«Tuyo es el día y tuya es la noche» (Sl 73,16). A un signo tuyo, los instantes se esfuman. Da desde ahora ampliamente a nuestros pensamientos el tiempo para escudriñar los lugares escondidos de tu ley y no cierres su puerta a los que llaman a ella (Mt 7,7). No es sin razón que has querido se escribieran tantas páginas llenas de oscuridad y misterio. Estas bellas selvas ¿no tienen sus ciervos (Sl 28,9) que vienen a ella para refugiarse y saciarse, pasearse y alimentarse, acostarse y rumiar? Oh Señor, condúceme hasta el fin y revélame sus secretos.

Tu palabra es todo mi gozo, tu palabra es más dulce que un torrente deleitoso. Dame lo que amo, porque amo y ese amor es un don tuyo. No abandones tus dones, no desdeñes tu brizna de hierba sedienta. Que yo proclame todo lo que descubriré en tus libros; haz que «escuche la voz de tu alabanza» (Sl 25,7). Que yo puede beber tu palabra y considerar las maravillas de tu ley (Sl 118,18) desde el primer instante en que has creado el cielo y la tierra hasta el reino eterno contigo en la ciudad santa.






COMENTARIO

SAN VICENTE DE PAÚL (1581-1660), SACERDOTE, FUNDADOR DE COMUNIDADES RELIGIOSAS. ENTRETENIMIENTO ESPIRITUAL DEL 19/01/1642.

AL QUE DIOS ENVIÓ DICE LAS PALABRAS DE DIOS, PORQUE DIOS LE DA EL ESPÍRITU SIN MEDIDA

Dios nos da sus gracias según las necesidades que tenemos. Dios es una fuente de la cual cada uno saca agua según las necesidades que tiene. Así la persona que necesita seis cubos de agua, saca seis; el que tres, tres; un pájaro que necesita sólo un picoteado sólo picotea; un peregrino, con el hueco de su mano puede saciar su sed: lo mismo nos ocurre a nosotros con respecto a Dios.

Con gran fervor, debemos permanecer fieles a la lectura de un capítulo del Nuevo Testamento y a hacer, desde el principio, los actos: de adoración, adorando la palabra de Dios y su verdad; entrar en los sentimientos con los cuales nuestro Señor los pronunció, y consentir en estas verdades; adherirse a la práctica de estas mismas verdades... Sobre todo hay que estar en guardia de leer sólo por estudio, diciendo: "Este pasaje me servirá para tal predicación", y leer exclusivamente para nuestro ascenso.

No hay que desanimarse, si, habiéndolo leído muchas veces, un mes, dos meses, seis meses, no se es tocado. Pasará que una vez tendremos una pequeña luz, otro día una mayor, y todavía más grande cuando lo necesitemos. Una sola palabra es capaz de convertirnos; sólo hace falta una.