Inicio Noticias de la Iglesia Espiritualidad Liturgia Biblia Conoce y defiende tu fe
Historia de la Iglesia Las Vidas de los Santos Lecturas de la Santa Misa María Radio Catedral Libros

19 de julio de 2014


Lecturas y Evangelio del Día

SÁBADO DE LA SEMANA 15 DEL TIEMPO ORDINARIO

FERIA

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Miqueas: 2, 1-5

Codician los campos y usurpan las casas.

¡Ay de aquellos que planean injusticias, que traman el mal durante la noche y al despuntar la mañana, lo ejecutan, porque son gente poderosa!
Codician los campos y los roban, codician las casas y las usurpan, violando todos los derechos arruinan al hombre y lo despojan de su herencia.
Por eso dice el Señor: "Estoy planeando contra esta gente una serie de calamidades de las que no podrán escapar. Entonces ya no caminarán con altivez, porque será un tiempo de desgracias. Aquel día, la gente se burlará de ellos y les cantará un triste canto: Nos han despojado de todo y se han repartido nuestras tierras; se han apoderado de nuestra herencia y no hay quien nos la devuelva".
Por eso dice el Señor: "Cuando la asamblea del pueblo distribuya nuevamente las tierras, no habrá parte para ellos".

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 9

R/. Señor, no te olvides de los pobres.

¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento de la angustia?
La soberbia del malvado oprime al pobre.
¡Que se enrede en las intrigas que ha tramado! R/.

El malvado presume de su ambición
y el avaro maldice al Señor.
El malvado dice con insolencia
que no hay Dios que le pida cuentas. R/.

Su boca está llena de engaños y fraudes,
su lengua esconde maldad y opresión;
se agazapa junto a la casa del inocente
para matarlo a escondidas. R/.

Pero tú, Señor, ves las penas y los trabajos,
tú los miras y los tomas en tus manos;
el pobre se encomienda a ti,
tú eres el socorro del huérfano. R/.


EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 14-21

Les mandó que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta.

En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con Él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y Él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza.

Palabra del Señor.




COMENTARIO

LES MANDÓ QUE NO LO PUBLICARAN, PARA QUE SE CUMPLIERAN LAS PALABRAS DEL PROFETA.


El evangelista Mateo hace un recuento sobre las curaciones de Jesús, insistiendo especialmente en su deseo expreso de mantener el secreto sobre sus milagros. El Mesías libra efectivamente la victoria sobre el mal, pero ésta no es concedida más que a quienes aceptan entrar en la nueva comunidad de los creyentes. El secreto es la única defensa de que Jesús dispone frente a un entusiasmo popular y superficial que nada tiene en común con la fe. Los sinópticos formulan a este respecto una doctrina casi común. Pero Mateo está más atento a esa discreción del Mesías en su ministerio, en la que ve la realización del oráculo de Isaías sobre el siervo sufriente. Mateo comparte la mentalidad de las primeras comunidades cristianas que leían en la vida de Jesús el cumplimiento de las profecías anunciadas por los profetas. La misión del discípulo de Jesús es levantar al que esta caído y dar fuerza a quienes lo necesitan y se encuentran en dificultad. No podemos permanecer indiferentes ante las necesidades de los demás, ante la cruz que se descarga colectivamente sobre el pueblo y en especial sobre aquello que sufren la marginación, y no darnos cuenta de la gran responsabilidad que tenemos con todas las personas que comparten nuestro destino. Esta misión no se realizara por conquista y por empleo de la fuerza, sino por medio de un testimonio simple y fiel dado de acuerdo con las situaciones reales de los seres humanos.